
Dicen que cada torero llega con su cuadrilla. Este dicho podría aplicar para lo que viene ocurriendo con el gobierno del presidente Gustavo Petro y su influencia burocrática en el país.
El departamento de Córdoba no escapa a esta práctica: primero con la remoción fulminante de Marta Sáenz de la Caja de Compensación Familiar de Córdoba – Comfacor, por supuestos intereses petristas. La exgobernadora Sáenz era cuota uribista en ese cargo.
El más reciente episodio con la salida del presidente de Urrá, Rafael Piedrahita De León. En las últimas horas la Junta Directiva le pidió la renuncia al presidente de la compañía, quien estuvo al frente en los dos últimos años.
De acuerdo con la información, el pulso que ejercieron el Clan Calle en cabeza del representante Andrés Calle y del exsenador Musa Besaile, (detenido en Bogotá por el Cartel de la Toga y recién confeso ante la JEP por alianzas con paramilitares), habrían hecho inclinar la balanza para la salida de Piedrahita.
El saliente presidente de Urrá, es el padre de la exrepresentante a la Cámara, Sara Piedrahita Lyons, acusada por la Corte Suprema de Justicia por el delito de lavado de activos.
Por ahora el nombre que más fuerza toma para asumir como nuevo presidente de Urrá es el de Rafael Amaya, actual gerente Comercial de la empresa. Con esta movida los grandes derrotados son los del bloque uribista, principalmente la familia de la exsenadora Ruby Chagüi y su heredero político, Julio Chagüi; también la excongresista Sara Piedrahita, casada con un miembro de la familia Chagüi, e hija del hoy expresidente de la empresa Urrá.